Ejemplificaremos aquí una de estas reacciones: el corazón latiente de mercurio
En nuestro caso el oxidante es el agua oxigenada (aunque también podrían usarse otros: permanganato de potasio, dicromato de potasio, sulfato de cerio(IV), dioxígeno,...) y le "arranca" electrones al mercurio cuando está en medio ácido (cationes hidrógeno, H+, que aporta el ácido sulfúrico u otro), produciéndose sobre éste una carga positiva superficial y disminuyendo su tensión superficial de modo que la gota se aplana.
Cuando el clavo de hierro entra en contacto con el mercurio se produce un cortacircuito y empieza a oxidarse el hierro, cediendo electrones al mercurio (aunque el agua oxigenada es capaz de oxidar a ambos metales, le es mucho más fácil oxidar al hierro, lo que queda patente en sus correspondientes potenciales normales de reducción: Eo(Fe2+/Fe) = -0,44 V, Eo(Hg22+/Hg) = +0,79 V, Eo(H2O2/H2O) = +1,78 V). Al restablecerse la neutralidad en la superficie del mercurio, su tensión superficial aumenta y la gota vuelve a abombarse, alejándose de la punta del clavo de hierro. El proceso se repite periódicamente dando lugar a los curiosos latidos que se observan en el experimento.
Veremos a continuación un video demostrativo: